jueves, 19 de mayo de 2016

EL AJO

“No hay campana sin badajo ni sopa sin ajo” Refranero español

Ya en la universal novela de Cervantes, don Quijote atribuía al comedor de ajos el carácter de villano y despreciable, pero pocos ingredientes de la gastronomía española representan con más signos de identidad nuestra dieta mediterránea.

En una película norteamericana, un joven aprendiz a cocinero aseveraba: “ya he dado con el quid de la cuestión, en cuanto le echas ajo empieza el olor y el sabor de la comida”.


Así de hermosos están los ajos de mi huerto


Vayamos a su definición: Allium sativum. Familia Liliácea. Es una hortaliza de bulbo, y para su plantación se utilizan los dientes de las cabezas no tratadas previamente con sustancias antigerminadoras.

En general es un cultivo sencillo, no requiere grandes labores de preparación del terreno excepto las escardas periódicas para desherbar. Dado su prolongado ciclo de cultivo, también precisa una considerable dosis de paciencia, yo los planto por San Martino (11 de noviembre) y los recolecto por San Pedro ( 29 de Junio).

Y para concluir, cuando me preguntan si me gusta el ajo suelo contestar: “Si, con un chuletón debajo”  

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